Hace ya más de 170 años, en 1840, la estrella η Carinae se convirtió repentinamente en la tercera estrella más brillante del cielo, solo por debajo del Sol y de Sirio. Este evento, al parecer, estuvo asociado con un episodio de expulsión de unas 10 veces la masa del sol en tan solo 20 años, dando origen a lo que conocemos como la nebulosa de η Carinae. Años después de la erupción, η Carinae fue disminuyendo su brillo visual.

Tradicionalmente se ha pensado que las estrellas se forman por el colapso gravitacional de pequeñas regiones densas dentro de nubes moleculares gigantescas, con tamaños del orden de entre 10 a 50 años-luz. Sin embargo, desde la década de los 70s se ha pensado que estas nubes como un todo deben estar soportadas contra el colapso por algún mecanismo, como pudiera ser la turbulencia o los campos magnéticos. De no ser así, se ha argumentado, ya todo el gas de nuestra galaxia se hubiera acabado, y no se formarían estrellas hoy día.

La Dra. Yolanda Gómez trabajó durante más de 20 años en la Universidad Nacional Autónoma de México. Quienes la conocimos en persona extrañaremos su sonrisa y su alegría que la acompañaban a todos lados.

Gana Roberto Galván Madrid el premio a la mejor tesis de doctorado en ciencias físico matemáticas e ingeniería para ser publicada en la "Colección Posgrado". Roberto hizo su doctorado en el CRyA bajo la dirección del investigador Luis Felipe Rodríguez.

Los estudiantes del CRyA Gisela Ortiz (maestría), y Sergio Dzib (doctorado), usando antenas de radio ubicadas en Estados Unidos, detectaron una región de gas chocado en la constelación del Cisne. Esta región forma parte de un intrincado sistema múltiple de estrellas, unas orbitando alrededor de otras. En particular, Gisela y Sergio se enfocaron en un sistema binario de contacto, llamado así porque las dos estrellas están tan cerca la una de la otra que sus atmósferas se llegan a tocar. Este sistema es orbitado por una tercer estrella, más débil. El viento estelar de las primeras dos es tan fuerte que alcanza al viento de la tercer estrella, muy cerca de donde ésta se ubica, y lo hace arquearse alrededor de ésta en lo que se denomina la "región de viento chocado". En esta región los electrones se aceleran a velocidades cercanas a las de la luz y, al interactuar con el campo magnético, despliegan una emisión muy característica en radiofrecuencias, la cual nos permite determinar las propiedades físicas de la región.